Es el ejercicio concreto de la caridad que se expresa organizadamente para atender las necesidades de las personas, tanto en su dimensión humana como espiritual, siempre a la luz del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia.

«La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios (kerygma-martyria), celebración de los Sacramentos (leiturgia) y servicio de la caridad (diakonia). Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra. Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia.»

(Carta Encíclica Deus Caritas Est Nº 25, del Sumo Pontífice Benedicto XVI)